Etiquetas

, , , ,

Sólo existe una cosa en este mundo completamente incontrolable. Algo inmenso que somos incapaces si quiera de detener. Tiene el vicio de moldearnos a su antojo, de decidir las noches y los días, de ser eterno o demasiado breve. Aquello por lo que muchos darían lo poco o lo abundante que poseen y por lo que otros implorarían su inexistencia.

No tiene definición alguna puesto que lo es todo o es, simplemente, nada. Sus poderes se remontan a los inicios de la historia e incluso, amenaza por gobernar la eternidad. Sólo un ente en este paraíso podría desafiar al infinito y debilitarlo con tan solo mirarlo de frente. Su don es dar pero también quitar. Se trata de algo fijo pero que, inexplicablemente, puede andar, correr o volar. A los hechos me remito al desvelar que afecta a cualquiera y si no sólo hay que retroceder y mamar de la inexperiencia e ilusión de antaño, aquellas que se convirtieron en vivencias y armonía al cabo de arduos días.

A pesar de parecer un ser divino e intocable, sólo él puede dirigirse a la vida y ser por instantes feliz a la vez que la crea pero a su vez el ciclo es tan cruel que tiene que soportar muchos finales. Por ello, podemos decir que no está exento de defectos. Todos tenemos el nuestro y para algunos pasa más rápido que para otros. Tampoco nadie es capaz de elegir el que le debiera corresponder, y aunque pudiéramos hacerlo, nadie querría involucrarse en esa incómoda tarea.

Aunque a veces criticado, temido, maldecido, ignorado, infravalorado… Y sin tocar virtudes que puedan ser o no compartidas, sí puedo decir que al menos es admirable; lo es por el hecho de que es el único capaz de reconocer el miedo; un miedo que nos acecha a todos y no hallamos la valentía de pronunciar; miedo a desaparecer. Sin embargo, nunca ha cesado de luchar segundo a segundo, minuto a minuto, hora a hora, día a día…

Y es que la eternidad no es ser recordado, si no ser vivido en el corazón de cualquiera por muchos años que pasen.

Es por eso que he aprendido a valorar lo que muchos desgastan y desprecian. Aquello que es ordinario para algunos pero que se ha convertido en algo extraordinario para mí.

El tiempo.

61bbfba431199fdd2e4e96a19a9ebe1f